Alzas inalcanzables y descontento latente
En los últimos diez años, el precio de alquiler y compra de vivienda en zonas centrales de Ciudad de México ha aumentado hasta un 140 %, y en ciudades como Monterrey, Guadalajara o Mérida, este incremento llega al 180 %. Esta presión económica ha encendido la chispa de un malestar creciente, reflejado en protestas que cuestionan la transformación de vecindarios tradicionales en espacios elitistas mediante la gentrificación.
Roma y Condesa: vitrinas de un problema estructural
En los barrios de Roma y Condesa, ventas de inmuebles se han encarecido en un 80 % y las rentas en un 95 % entre 2015 y 2025. Mientras tanto, la construcción de vivienda social sigue a la zaga: el déficit habitacional supera los ocho millones de unidades y casi una cuarta parte de las viviendas existentes sufren deficiencias estructurales o falta de servicios esenciales.
Oferta restringida, exclusión creciente
A pesar de un leve aumento en la construcción de viviendas en el primer semestre del año, menos del 1 % corresponde a soluciones asequibles para la población con menos recursos. Esto enfatiza un mercado dual: abundan las opciones de rango medio y alto, pero escasean viviendas al alcance de la mayoría.
Causas profundas más allá del turismo y los foráneos
Aunque movimientos críticos han apuntado a nómadas digitales y alquileres temporales como responsables del alza en los precios, expertos coinciden en que el verdadero protagonista es el sector inmobiliario respaldado por una regulación laxa. El Estado ha facilitado un entorno donde lo inmobiliario opera casi sin freno.
Génesis urbana en transformación
En apenas cinco años, fachadas coloridas y casas familiares han sido suplantadas por edificios industriales y cafés esthetic. Este cambio del paisaje urbano refleja y acentúa la marginación de residentes de largo plazo ante el empuje del mercado y los nuevos estilos de vida urbanos.
Generaciones que pierden el hogar
Cada vez más personas especialmente jóvenes o en condiciones laborales informales quedan fuera del mercado hipotecario formal. Esto convierte el acceso a una vivienda propia en un sueño que se aleja por cada día que pasa, incrementando la frustración y la percepción de injusticia.
Retos y alternativas en el horizonte
Para contener la crisis, distintas iniciativas han surgido. En la capital, se impulsó un plan que limita aumentos de renta por encima de la inflación y procura proteger a inquilinos vulnerables. Además, se ha planteado construir 1.8 millones de viviendas para quienes ganan hasta dos salarios mínimos, con financiamiento accesible y créditos públicos favorecidos. Aunque aún está por ver su alcance y eficacia, representa un posible camino a seguir.