Tras meses de un aumento constante de cruces de migrantes en la frontera, que han puesto a prueba los recursos de ayuda locales, las autoridades mexicanas han intensificado la seguridad en un esfuerzo por disuadir el paso hacia Estados Unidos.

Junto al muro fronterizo entre Tijuana y San Ysidro, autoridades mexicanas han instalado un cerco de malla ciclónica que impide la entrada a una sección de la canalización del Río Tijuana identificado como uno de los puntos donde se registran más cruces hacia Estados Unidos.

El cerco está reforzado con alambre concertina en la parte superior e inferior. Detrás de esta barrera, elementos de la Guardia Nacional y agentes migratorios vigilan en todo momento.