Con el fallecimiento del Papa Francisco este lunes 21 de abril a los 88 años, se abre un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica. Jorge Mario Bergoglio, el papa número 266, deja vacante la Sede Apostólica tras 12 años de pontificado, y ahora comenzará el proceso para elegir a su sucesor.
El Cónclave es el procedimiento mediante el cual el Colegio de Cardenales se reúne en la Capilla Sixtina para escoger al nuevo Papa. Durante este tiempo, los cardenales electores quedan completamente aislados del mundo exterior y hacen un juramento de confidencialidad absoluta sobre todo lo que ocurra en el interior del cónclave.
Solo los cardenales menores de 80 años pueden votar, y el número máximo de electores es 120. Aunque los cardenales mayores pueden participar en las congregaciones preparatorias, no tienen voto.
Las votaciones se realizan en secreto, utilizando papeletas escritas a mano. Cada jornada contempla dos turnos de votación, uno por la mañana y otro por la tarde.
Requisitos de elección:
Se requiere una mayoría de dos tercios para validar la elección.
Tras cada votación, se queman las papeletas: humo negro indica que no hay acuerdo; humo blanco, que hay nuevo Papa.
Si no se alcanza la mayoría tras tres días, se hace una pausa de un día dedicada a la oración y reflexión antes de continuar con las votaciones.
El Cónclave debe comenzar entre el día 15 y 20 después de la muerte del Pontífice, es decir, entre el 6 y el 11 de mayo de 2025. Antes del inicio, se celebran nueve días de funerales y exequias por el Papa fallecido.
El Cardenal Camarlengo, actualmente Kevin Ferrell, se encarga de coordinar el proceso: desde el traslado del cuerpo del Papa hasta la preparación de la Capilla Sixtina y el alojamiento de los cardenales en la Domus Sanctae Marthae.
El Cónclave no tiene una duración fija. Termina tan pronto como un cardenal es elegido, acepta el cargo y revela el nombre que adoptará como nuevo Papa.
El fallecimiento del Papa Francisco marca el fin de una era, pero también el inicio de una nueva etapa para más de 1,300 millones de fieles en todo el mundo. Todos los ojos estarán puestos en el Vaticano durante las próximas semanas, a la espera del anuncio del nuevo líder espiritual de la Iglesia Católica.