La relación entre China y Taiwán se remonta a la Guerra Civil China (1945-1949), cuando las fuerzas comunistas lideradas por Mao Zedong derrotaron a las fuerzas nacionalistas lideradas por Chiang Kai-shek. Después de su derrota, Chiang Kai-shek y sus seguidores huyeron a Taiwán, donde establecieron un gobierno separado conocido como la República de China (ROC). China considera que Taiwán es una provincia rebelde y que la ROC es un gobierno en el exilio.
China sigue una política de "una sola China", que sostiene que existe solo una China en el mundo y que tanto Taiwán como el continente chino forman parte de esa única China. Esta política es una parte fundamental de la política exterior china y se refleja en la presión diplomática para que otros países no reconozcan a Taiwán como un estado independiente.
El gobierno chino ha establecido la reunificación con Taiwán como un objetivo a largo plazo. Esta idea está enraizada en la noción de que Taiwán, como parte de China, debe volver bajo el control del gobierno central en Pekín. China ha indicado que está dispuesta a utilizar la fuerza si es necesario para lograr esta reunificación.
Existe un fuerte vínculo cultural y étnico entre el pueblo de Taiwán y el pueblo chino en el continente, ya que comparten una historia y una herencia cultural comunes. China argumenta que este vínculo refuerza su reclamación sobre Taiwán.