La creciente inconformidad y enojo de los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa se ha convertido en una preocupación creciente para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Analistas advierten que esta situación representa una 'bomba de tiempo' que podría explotar y desestabilizar el gobierno en su recta final, afectando incluso a la candidata de su partido a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum.
Durante su campaña presidencial en 2018, López Obrador prometió que Iguala sería el ejemplo de cómo se hace justicia en un gobierno democrático. Sin embargo, a seis años de esa promesa, la relación entre el presidente y los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa se encuentra en uno de sus peores momentos, lo que resalta el contraste entre las expectativas generadas y la realidad actual.