El sur de Brasil se encuentra sumido en una profunda tragedia climática, con el número de fallecidos por las catastróficas inundaciones superando el centenar, según informes recientes de la Defensa Civil. Esta devastadora situación ha llevado al presidente Luiz Inácio Lula da Silva a declarar que es una "advertencia para el mundo".
El estado más afectado, Rio Grande do Sul, ha sido golpeado con mayor fuerza, con 100 muertes confirmadas, cinco más desde el último reporte. Además, se reportan 128 desaparecidos y 372 heridos en la región. En el estado vecino de Santa Catarina, se ha registrado un fallecimiento, elevando el total de muertes en la región sur a 101 personas.
Las inundaciones han dejado un rastro de destrucción en Rio Grande do Sul, con el 80% de sus municipios gravemente afectados. Ciudades enteras, incluida la capital regional, Porto Alegre, han sido parcial o totalmente anegadas, convirtiendo el principal aeropuerto en una enorme laguna. Se estima que alrededor de 230,500 personas han debido abandonar sus hogares solo en este estado, con un total de 1.5 millones de damnificados según la Defensa Civil.
La magnitud de esta tragedia resalta la urgencia de abordar los desafíos del cambio climático y la necesidad de tomar medidas efectivas para proteger a las comunidades vulnerables frente a desastres naturales cada vez más frecuentes e intensos.